Los daños en el soporte del motor son una realidad que pocas veces se menciona en los manuales de mantenimiento y de asistencia profesional. No obstante su importancia es vital, ya que esta siempre allí, y permite mantener todo el sistema del motor en óptimo funcionamiento. Gran parte de las fallas de este armazón mecánico se traducen en violentas roturas, ruidos indeseados y un desequilibrio orgánico en todo el tren de potencia. En base al análisis de este problema, se establece el siguiente conjunto de características a considerar para una óptima gestión, reparación y solvencia de los desperfectos asociados con dicho subsistema.
Daños en el soporte del motor: ¿cuáles son las causas?
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El daño en la estructura del motor produce en primera instancia efectos sonoros no deseados. A diferencia de otros tipos de fallas, los mismos, gozan las características de ser muy evidentes. Pues el propio motor al perder sustentación se mueve en vaivén y golpea los elementos periféricos con insistencia. De forma paralela se observa la importante aparición de un sistema concatenado de vibraciones violentas, las mismas pueden extenderse por todo el armazón del auto y producir deformaciones notables.
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Por otro lado, un daño severo en el soporte del motor se identifica igualmente por movimientos involuntarios. El motor podrá moverse de forma no deseada en los puntos de cambio de velocidad. Tal y como ocurre a momento de acelerar, frenar y por supuesto en los instantes de cambio de velocidad. Una inspección visual del motor puede desvelar más fallos y quedar en evidencia. La presencia de óxido, corrosión y residuos apilados es la causa más común que produce el fallo de soportes. El efecto integral de todo ello es que su motor pueda verse hundido en el compartimiento o bien estar inclinado o situado de forma oblicua sobre su posición original.
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